Todos dejamos nuestra huella en el mundo, pero lo que tenemos que preguntarnos es si lo hacemos de forma positiva o negativa.
Lo primero es ser concientes del impacto negativo y reducir al mínimo el desperdicio (energía, papel, etc.) y las acciones que perjudican nuestro medioambiente.

El segundo paso es en el que realmente podés hacer la diferencia: ¡generá impacto positivo!
Se trata de que la existencia de tu empresa en el planeta no sólo sea eco-friendly, sino que sea un agente de cambio para dejar nuestra tierra mejor que como la encontramos.
¿Cómo se te ocurre que podés empezar a sumar al planeta?